Presentación

Este blog pretende ofrecer una historia muy sucinta de Alemania y Austria, pero sobre todo del primer país, y centrada sobre todo en los dos últimos siglos, desde la invasión napoleónica.

martes, 6 de enero de 2015

Los límites orientales de Alemania


En el mapa, Prusia en el límite de su expansión territorial.

El Ducado de Prusia tiene su origen en el establecimiento de los alemanes en la Prusia Oriental a partir del siglo XII. La provincia que posteriormente recibió el nombre de "Prusia Oriental" era hasta esa época el único territorio llamado propiamente Prusia, ya que su nombre derivaba de sus originarios habitantes prusianos bálticos, no alemanes, quienes fueron asimilados sólo tras las Cruzadas Bálticas y la Drang nach Osten. Los prusios eran un pueblo carente de organización estatal y basado en clanes, que habitaba la orilla suroriental del Báltico. El duque polaco Conrado I de Mazovia invitó a los Caballeros Teutónicos a colonizar esta zona, pantanosa y poco cultivada, pero que formaba una frontera septentrional abierta del aún débil Reino de Polonia. Tras ser en gran parte asimilados los antiguos prusianos bálticos por colonos alemanes étnicos, el territorio fue muy germanizado y se transformó en 1224 en el Estado monástico de los Caballeros Teutónicos, que años después sería el núcleo original del célebre Estado militarista alemán llamado Reino de Prusia.

Colonizada por alemanes entre los siglos XI y XII, Prusia Oriental se convirtió en el centro del Estado de la Orden Teutónica, basado en un núcleo militarista de soldados altamente entrenados. Los Caballeros Teutónicos entraron en conflicto con los reyes de Polonia a fines del siglo XIV pero fueron gravemente derrotados por una coalición polaco lituana en la Batalla de Tannenberg en 1410. La derrota de Tanneberg no causó mayores pérdidas territoriales a los Caballeros Teutónicos pero sí inició un periodo de irremediable decadencia de la Orden, lo cual condujo años después al Tratado de Torun de 1466, por el cual muchos territorios de Prusia pasaban al dominio directo de la Corona Polaca. El resto septenrional del territorio permanecía bajo el control del Estado de la Orden Teutónica, pero el Gran Maestre de la Orden se convertía a su vez en vasallo del monarca polaco.

Más tarde Prusia logró someter a los reinos cristianos de Lituania y Polonia, pero luego Prusia perdió su hegemonía en diversas guerras contra estos últimos, siendo la Guerra polaco-teutónica (1519-1521) la que representó la derrota final. El último Gran Maestre teutón, Alberto de Brandenburgo-Ansbach, renunció entonces al catolicismo, abrazando el luteranismo y juró vasallaje al Rey de Polonia, Segismundo el Viejo. Por su parte, el monarca polaco secularizó los territorios de la Orden Teutónica y se los entregó a Alberto para él y sus herederos bajo la forma de el Ducado de Prusia.

En 1525 el Gran Maestre de la Orden Teutónica, Alberto de Hohenzollern, se convirtió al protestantismo, secularizó la ya disminuida Orden Teutónica y se convirtió en el primer Duque de Prusia, vasallo del rey de Polonia. Debido a la amplia germanización del territorio, los reyes polacos aprovecharon los vínculos comerciales de las ciudades costeras prusianas (como Königsberg y luego Dantzig) y permitieron que Prusia Oriental mantenga su típico carácter alemán, cosa que les costaría muy cara a los polacos en los siglos XVIII, XIX y XX, como veremos más adelante en esta misma entrada.

La línea dinástica de los Duques de Prusia se extinguió en 1618, pasando la propiedad de sus Estados a sus primos los Hohenzollern de Brandeburgo, quienes fomaron en 1701 el Reino de Prusia, desvinculado ya de cualquier relación feudal con Polonia aunque Prusia Oriental en realidad sólo formaba la sección más al este del Reino. Precisamente en estos años Prusia Oriental vivió un gran progreso a la par que el Reino de Prusia, el cual estaba ya convertido en potencia europea bajo el rey Federico Guillermo I de Prusia y luego bajo Federico el Grande a mediados del siglo XVIII.

Al hacerse cargo de Prusia los Hohensollern de Brandenburgo, Prusia Oriental  perdió hegemonía a favor de Brandenburgo, cuya capital era Berlín. Pero describamos el proceso histórico.

Después de la devastadora Guerra de los Treinta Años (1618-1648), Brandeburgo disfrutó de una serie de gobernantes eficientes, que le llevaron para esa época a ser una de las grandes potencias de Europa. El primero de esos gobernantes fue Federico Guillermo I, también llamado «el Gran Elector», quien trabajó para reconstruir y consolidar la país, y con el Edicto de Potsdam abrió las fronteras para los perseguidos Hugonotes durante el gobierno de Luis XIV de Francia. El Gran Elector fue además quien trasladó la capital de la ciudad de Brandeburgo a Potsdam.

Cuando Federico Guillermo murió en 1688, su hijo Federico le sucedió como Federico III en Brandeburgo. Como las tierras que anexionó para Prusia estaban fuera de los límites del Sacro Imperio, Federico asumió (como Federico I) el título de Rey en Prusia el 18 de enero de 1701, con el permiso del Emperador Leopoldo II del Sacro Imperio Romano Germanico.

Brandeburgo aún continuaba siendo la parte más importante del reino, pero ya era referido habitualmente como Brandeburgo-Prusia, y luego como Reino de Prusia. Tras el hundimiento del Sacro Imperio en 1806 y las Guerras Napoleónicas, el Reino de Prusia fue subdividido en provincias (1815), el antiguo electorado de Brandeburgo se convirtió en la Provincia de Brandeburgo. En 1881 la ciudad de Berlín fue separada de esa provincia.

El reino de Prusia recibió tierras de la Primera Partición de Polonia (1772), las que dan al mar Báltico, excepto Danzing (hoy Gdansk perteneciente a Polonia). El resto de las tierras polacas pasó a manos del Imperio Ruso y el Imperio de los Hasburgos. Federico II de Prusia importó gran número de maestros polacos católicos (sobre todo jesuítas, que habían sido expulsados de muchos otros países). También obligó a los principes herederos de Prusia a aprender polaco. Muchos prusianos se asentaron en la parte conquistada de Polonia.

En la Segunda Partición de Polonia (1793), Prusia recibió la ciudad de Danzing-Gdansk y las zonas colindantes.

Con la Tercera Partición de Polonia (1796), Polonia dejó de existir hasta 1807, cuando se constituyó el Gran Ducado de Varsovia. Éste se extinguió en 1815 y Polonia no recuperó su existencia como estado hasta 1918. Prusia se quedó la parte más occidental y Rusia la más Oriental.

La Alemania nazi fijó en 1933 una reorganización administrativa a gran escala eliminando las antiguas provincias heredadas de la época imperial y estableciendo nuevas regiones administrativas denominadas Gau. En tal situación, Prusia Oriental absorbió gran parte de los territorios de la Segunda República Polaca que habían sido invadidos por el Tercer Reich en 1939 y luego anexados a Alemania, aumentando su tamaño aunque ello implicó la expulsión masiva de la población polaca hacia las zonas bajo directa ocupación nazi.

En 1945 la Prusia Oriental, la zona originaria de Prusia, fue separada del resto de Alemania y repartida entre la Unión Soviética y Polonia. Könisberg, la antigua capital de Prusia Oriental, fue rebautizada como Kaliningrado. Dos millones y medio de alemanes fueron expulsados del hogar de sus antepasados, sea por huida voluntaria hacia el oeste ante las ofensivas del Ejército Rojo o al acabar la lucha mediante forzosas "transferencias de población" ordenadas por los gobiernos de Polonia y la URSS. Los habitantes alemanes fueron reemplazados de inmediato por soviéticos y polacos, los nombres germanos de poblaciones y calles fueron eliminados, y se dejó en abandono (o se destruyeron) monumentos que recordaran la antigua presencia alemana en la zona.

La conclusión de este breve resumen de la historia del este de Alemania  es que, por su lado oriental, las fronteras de Alemania han sido muy "fluidas", habiendo una gran mezcla de población, primero germana con baltica y, después, germana con eslava.

¿Donde está la pureza alemana?

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