Presentación

Este blog pretende ofrecer una historia muy sucinta de Alemania y Austria, pero sobre todo del primer país, y centrada sobre todo en los dos últimos siglos, desde la invasión napoleónica.

sábado, 10 de enero de 2015

Los celtas en Alemania

La cultura más ampliamente difundida y más avanzada que llamó a Alemania patria durante el período prehistórico fueron los celtas, un conjunto de pueblos destacados que llegó a la región en algún momento de la Edad de Bronce. Todos ellos hablaban un conjunto de idiomas llamados celtas. La división de la Edad de los Metales entres (cobre, bronce y hierro) se caracteriza por poner el énfasis en el cambio tecnológico en vez de en el cambio social, aunque se supone que las tres Edades de los Metales alentaron el comercio a larga distancia, una cierta especialización laboral y el aumento de la diferenciación social. También se va abandonando el uso de la piedra como elemento principal para la elaboración de artefactos, aunque este proceso no se culmina hasta la aparición de la Edad del Hierro. El bronce (una aleación de cobre y estaño) es más duro que el cobre, y no se oxida con tanta facilidad como éste.

Los celtas vivieron en la región durante siglos antes de que los escritores e historiadores griegos y romanos escribieran sobre ellos. Dominaron gran parte de Europa, desde la Península Ibérica hasta Hungría, y de Irlanda al Mediterráneo. También fueron celtas los gálatas, un purblo de orígen galo que se asentó en el centro de la península de Anatolia. Aunque sus orígenes son oscuros, algunos expertos creen que las cultura de los campos de urnas fueron sus ancestros, llamados así porque quemaban a sus muertos y enterraban sus cenizas en urnas. El bronce fue introducido en Europa Central en el período 1800-1600 a. C. En el bronce antiguo, los celtas, que ocupaban la república Checa, la Alemania del centro-sur y el oeste de Polonia criaban bueyes, cerdos y caballos y cultivaban cereales. Explotaban minas de cobre, estaño y oro, y establecieron amplios contactos comerciales en una amplia zona que abarcaba desde el vecino Báltico hasta la Grecia micénica y las Islas Británicas. Vivían en aldeas situadas sobre colinas y rodeadas de empalizadas de madera. Practicaban la inhumación individual en fosas y cistas generalmente, pero también en tinajas o en túmulos.

El Bronce Medio se caracteriza por el pleno uso del bronce sobre el cobre, aumentando la elaboración de adornos, armas y utensilios. Este metal se relacionaba ya con actividades cotidianas. El Bronce Medio o Pleno abarca en esta región entre 1600-1200 a. C. y se identifica con la cultura de los Túmulos, caracterizada por los enterramientos individuales bajo túmulos. Estos solían ser casi siempre de inhumación, aunque también hay constatadas incineraciones, y denotan un alto grado de estratificación social. Esta costumbre funeraria se extendió desde el Rin hasta los Cárpatos occidentales y desde los Alpes al Mar Báltico, ocupando aproximadamente el área de los anteriores grupos de Unetice, de los cuales son herederos. Los asentamientos excavados son poco abundantes, ya que estaban construidos con madera y materiales perecederos, por lo que no se ha conservado casi nada. No eran muy grandes y estaban situados tanto en zonas altas con defensas naturales como en el llano. A veces, los primeros se encuentran rodeados de murallas de madera y tierra, con uno o más fosos, siendo sus viviendas de planta rectancular o trapezoidal. Los túmulos tenían planta redonda u ovalada, y estaban rodeados exteriormente por un círculo de piedras. Los ajuares estaban claramente diferenciados por sexos, siendo de armas para los hombres y con adornos para las mujeres, casi siempre en bronce. Es frecuente encontrar depósitos de restos óseos animales en los enterramientos, al igual que la existencia de enterramientos dobles.

Durante el Bronce Final, Reciente o Tardío se desarrolló, aproximadamente, entre el 1300 y el 800-700 a.C., caracterizándose por dos hechos fundamentales:
  • Primeros contactos directos entre sociedades plenamente históricas (griegos primero y romanos después) y comunidades prehistóricas del mediterráneo occidental.
  • Cambio en el comportamiento funerario con la incineración de los cadáveres y su deposición en enormes necrópolis conocidas como campos de urnas. Este hábito se extendió desde Centroeuropa hacia el resto del continente y fue más allá del periodo que nos ocupa, continuando durante la I Edad del Hierro (Hallstatt C). Las grandes diferencias sociales que se detectaban en los ajuares del periodo anterior desaparecen dando paso a unas ofrendas más normalizadas y homogéneas.
En la Europa Central A partir del siglo XIII a.C. comenzó a extenderse la costumbre funeraria de la incineración, con el consecuente depósito de las cenizas en unas características urnas de cerámica, que se enterraban en hoyos practicados en la tierra, formando extensas necrópolis. Estos rasgos fueron típicos de los grupos de los campos de urnas, que llegaron a difundirse desde el Danubio y el Báltico, por oriente, hasta el Mar del Norte y el nordeste de la península ibérica en occidente. Pero estos grupos no formaron ningún ente cultural homogéneo, sino que simplemente asimilaron una moda, manteniendo en muchos casos sus estrategias económicas y sociales anteriores. Se han encontrado en abundancia molinos de piedra, azuelas de bronce y hoces, así como algunos graneros. Se detecta una clara proliferación de oficios y cierta especialización artesanal. Con respecto al comercio, se intensificaron las relaciones comerciales y mejoraron los transportes, con el uso del carro y del caballo como animal de tiro. Se comerciaba con la sal y se inició la producción de vidrio. La cerámica y la orfebrería experimentaron un gran auge, multiplicándose también los centros metalúrgicos.

Europa tiene muy pocos yacimientos de estaño, mineral necesario para la elaboración del bronce, y por ello era de suma importancia en tiempos antiguos importarlo largas distancias desde los distritos mineros conocidos de estaño, principalmente de Erzgebirge, a lo largo de la frontera entre Alemania y la República Checa, de la Península Ibérica, de Bretaña, en Francia, y desde Devon y Cornualles, en el suroeste de Inglaterra. El estaño fue extraído por primera vez en Europa en torno al 2500 a. C. en Erzgebirge (los Montes Metálicos en Alemania y que forma frontera con la República Checa durante 150 km.), y el conocimiento del bronce de estaño y de las técnicas de extracción del estaño se extendieron desde allí hasta Bretaña y Cornualles, alrededor del año 2000 a. C., y luego desde el noroeste de Europa hasta el noroeste de España y Portugal en la misma época.

La Edad de Hierro es el período en el cual se descubre y se populariza este mineral como elemento principal en la elaboración de armas y herramientas. Esta era se inicia en Oriente Próximo (parece que fueron los hititas) y se difunde por el Meditteráneo. Alrededor del año 1800-1700 a. C.  hubo una crisis en la producción de bronce. Varias civilizaciones del Mediterráneo se convirtieron en piratas y asaltaban ciudades para robar el bronce, fundirlo y convertirlo en armas. Hacia el 1200 en Europa central, aparece la Edad del Hierro, que se divide generalmente en Edad del Hierro Temprana (como la de la Cultura de Hallstatt), entre el 800 a. C. y el 450 a. C., y la Edad del Hierro Tardía (como la de la Cultura de La Tène), que empezó hacia el 450 a. C. En Alemania los historiadores suelen diferenciar entre una Edad del Hierro prerromana (La Tène) y otra romana (cultura de Jastorf).

La cultura de los campos de urnas fue la dominante en el norte de Alemania y en los Países Bajos durante la Edad de Bronce Final, desde el 1200 hasta el 700 a. C. (Edad de Hierro). Como no hay testimonios escritos o evidencia  linguística para determinar con seguridad los orígenes étnicos de  los pueblos de los campos de urnas, muchos expertos especulan con que dicha cultura diera lugar al nacimiento de los celtas. Lo que si sabemos con rotundidad que hacia el 500 a. C., dicha cultura dio paso a otras culturas en la Europa Central que denominamos celtas. Ya en la Edad del Hierro (Hierro I), la civilización Halstatt floreció entre el 800 y el 450 a. C. Es denominada así por el nombre moderno del yacimiento austríaco donde se encontró. Explotaban una mina de sal a unos 3.000 metros de altura. La sal tenía una gran importancia en las culturas antiguas, pues permite guardar los productos animales (carne, pescado) durante largos períodos de tiempo. De ahí que extrajeran la sal en un lugar tan inhóspito.La sal de Halstatt se consumió en Austria y en Baviera (Alemania), pero como en la mina de sal también se ha encontrado un cementerio de los mineros con objetos foráneos, es posible que el campo comercial podría ser más amplio, llegando a las Islas Británicas y a la Península Ibérica. En esta fase de comercio precapitalista la finalidad era conseguir importaciones exóticas, permitiendo a sus poseedores hacer ostentación de poder. No se trata de conseguir un beneficio en el sentido capitalista actual.

La cultura de Halstatt dio pasó a la cultura de  La Tène, una civilización que se expandió desde Irlanda hasta Anatolia.

El término celta (keltoi) es de origen griego, quienes pudieron haberlo tomado prestado de iberos o ligures. Los celtas probablemente se llamaban a sí mismos *gal-, o sea: galos (derivados: gálata). A los celtas se les atribuyen ciertas virtudes y características a los celtas como es la independencia, el heroísmo, la arrogancia… Su arrojo en la batalla es, en muchas ocasiones, suicida, pues se enfrentaban desnudos y con poca protección a los arqueros romanos.

En el siglo XVI algunos eruditos ingleses y franceses se vanagloriaban de descender de los celtas, en particular de los druidas. Se empiezan a atribuir los monumentos megalíticos al celtismo, iniciándose una celtomanía. Se va sobreponiendo una visión románticade los celtas, que apenas corresponde con la realidad. Hoy en día, cierta retórica que apela a lo céltico se utiliza con fines políticos, para reforzar las identidades nacionales. Se ve con Boudica en Inglaterra, Vercingetórix en Francia, Viriato en Portugal, Breogán y Numancia en España. En especial invenciones como es el "espíritu celta" o la "herencia celta". Por tanto, según Ruiz Zapatero lo celta es en gran parte, lo que ha sido inventado a partir de la información arqueológica y los datos de fuentes clásicas y medievales, sumando representaciones imaginarias.

A fines del siglo XX se popularizó lo celta como una cultura bien imbrincada en la naturaleza, muy en la onda de los soñadores "ecologistas", pero en la realidad los celtas eran una sociedad bastante belicosa, o al menos, lo eran tanto como los romanos. Hubo incluso un renacimiento de la música celta (probablemente los celtas tuvieran tambores y flautas, pero no violines, un instrumento típico de la música celta). Entre los celtas habían una diferenciación social bastante pronunciada, una sociedad liderada por una aristocracia militar belicosa, además de por los druidas (sacerdotes de una misteriosa religión anímica), que fueron temidos por la ferocidad de sus ataques y la frecuencia de sus raids. Incluso los galos llegaron a conquistar y saquear Roma en el año 390 a. C., después de vencer en la Batalla de Allia. Su sociedad era tribal y estaba basada en los clanes, tal como eran los escoceses hasta hace un par de siglos, donde cada dibujo de una falda ecocesa (kilt) era de un clan determinado. Las mujeres céltas tenían un poder y una autonomía mayores que sus homólogas griegas y romanas contemporáneas. Algunas servían como guerreras e, incluso, llegaron a ser gobernantes. Los celtas eran, principalmente, pastores y en el ganado basaban su economía.


No se ha logrado discernir etnias propiamente celtas entre los primeros grupos de indoeuropeos que penetraron en la Europa central. Según el punto de vista tradicional, solo hasta el siglo V a. C. con el surgimiento de la cultura de La Tène es razonablemente seguro identificar a los portadores de esa cultura como hablantes de lenguas celtas. Desde un punto de vista igualmente tradicional, los primeros pobladores indoeuropeos podrían haber sido los portadores de la cultura de los campos de urnas que se propagaron rápida y extensamente por Europa hacia el siglo XIII a. C. Los portadores de esta cultura se expandieron descendiendo por la margen derecha del Ródano ocupando Languedoc, Cataluña y el bajo valle del Ebro. Otra línea de expansión les llevó a Bélgica y el sureste británico.

La descripción de los contemporáneos griegos y romanos sobre los pueblos celtas no es, en general, muy positiva. Una de las fuentes más utilizdas es Los comentarios sobre la guerra gala, de Julio César (100-44 a. C.). Es un documento escrito por un triunfador de la guerra contra los galos, territorio de Francia, Luxemburgo y Bélgica, pero en la que también describe la vida, los usos y costumbres de otras tribus celtas en áreas en las que hoy se habla alemán.En la Guerra de las Galias también participó la tribu de los suevos o alamanes. Procedentes de la costa báltica, cruzaron el Rin y se instalaron en Alsacia y en una región de Alemania aún llamado hoy como Suabia (estado de Baden-Wurtenberg), en el suroeste de Alemania.

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